jueves, 17 de marzo de 2016

El pueblo que me vio nacer es un pueblo pequeño. No sabemos a ciencia cierta cuantos habitantes tiene en este momento pero seguro que llegan a medio centenar , y más bien poco más sin llegar a cien, por mucho que algunos se empeñen en poner más de ciento cincuenta. 
Recientemente viví una experiencia podremos decir algo traumática, y fue cuando hace unos días visite el pueblo de incógnito. Me adentré por las cllas, por las casas deshabitadas, algunas de ellas totalmente en ruinas y vislumbre como se cierne sobre varios rincones una soledad impactante. El bullicio, la algarabia que en otro tiempo se sentía , ahora se ha convertido en un silencio sepulcral y diría en un silencio monótono y tristón.  Las personas no salen a la calle, no es como antes, que siempre que había buen tiempo las personas salían a sus portales y conversaban unos con otros. Se nota que el tiempo ha pasado por varias personas . Los rostros se ven tristes, apesadumbrados. No hay una sola familia que no tenga ya que llorar a un ser querido y cuando uno entra por las calles que en otro tiempo estaban llenas de personas que te preguntaban, te sonreían o simplemente te observaban, hoy en día no se puede ver ver a nadie.  Perdón, si, solo cuando viene el panadero. Cuando llega el panadero que se anuncia por medio de un claxon que se oye en todo el pueblo, ves salir de las casas personas apuradas, se diría que con prisa para llegar a coger el pan. Compran su barra de pan para el día y se vuelven a meter en sus quehaceres, que muchas veces son quehaceres sencillos pero útiles. Arreglos, limpiezas, y poco más. Hacer la comida de la familia que ahora se hace más rápida, porque son menos los comensales y hay también que lavar menos platos. Después se pasara una pequeña siesta y se verá algún programa de los "del corazón", que como novelas, con sus capítulos incluidos, se convertirán en el culébron del día y serán motivo para tener algún tema de conversación con algún vecino o alguna vecina.  BUSTILLO es un pueblo que se resiste a morir. Es verdad. Durante las fiestas de Agosto, entre otras , la de los turistas, se realiza podemos decir , un acercamiento de los "forasteros" al pueblo que llama mucho la atención. Los visitantes se organizan en cuadrillas tanto niños como adolescente y algún otro adulto, para hacer limpieza, limpieza comunitaria. Que en otro tiempo se llamaba Hacendera. Es decir, tierra de todos, todos los vecinos labrando. En este caso todos los vecinos limpiando. Despues viene el invierno, allí no sale nadie a la calle, entre otras cosas porque no se puede por el frío que hace, además las casas están ya bien acondicionadas y todas tienen una calefacción buena lo que no invita a salir a pasar frío.  Recuerdo en otros tiempos, y la mente se me va ahora a los años de mi adolescencia. Recuerdo el juego de pelota en la iglesia, recuerdo el juego del pinche , de la peonza, Castro, del fútbol, que no podía faltar. Recuerdo las aventuras y vienen a mi mente recuerdos imborrables, que hoy contamos a los más jóvenes y se ríen de nosotros. Eran otros tiempos. Eran otras aventuras, eran otras vivencias, difícil de transmitir.  En fin, a quien más o a quien menos estos tiempos les parecen de locos. Es verdad. Pero en los pueblos pareciera que el tiempo se ha detenido . La gente se va poco a poco asustando por los acontecimientos que van poco a poco teniendo lugar. Los pueblos se mueren , es verda, pero hay que decir que algunos pueblos , como el mío se resiste a morir. Viva mi pueblo   

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